El proceso de prefabricación puede ser tan sencillo como la fabricación de secciones de paredes o techos, hasta llegar a módulos completos equipados con sistemas de fontanería. Estos módulos pueden apilarse como si fueran bloques de Lego y así construir apartamentos y oficinas de varias plantas. Dos bloques de 44 plantas que se están construyendo en Croydon, Londres, se convertirán en los edificios modulares más altos del mundo.
En los casos más extremos, la tecnología de impresión 3D se está desarrollando para fabricar casas enteras. Una compañía rusa terminó recientemente el mayor edificio impreso en 3D hasta la fecha.
Pocos edificios pueden construirse tan rápidamente y a tal escala como los dos hospitales de China. Sin embargo, se prevé que en los próximos años se acelere el uso de los métodos de la construcción prefabricada y modular.
En el Reino Unido, se estima que los edificios prefabricados son esenciales para cumplir con los objetivos actuales de construcción de viviendas estatales y el año pasado el precursor de la construcción modular japonesa, Sekisui House, alcanzó un acuerdo con el gobierno para construir casas modulares en el Reino Unido.
Los edificios prefabricados son una forma más rápida y menos costosa de satisfacer la creciente demanda de nuevos edificios.
Fundamentalmente, gran parte del trabajo de construcción se desarrolla fuera de la obra, lo que significa que las comunidades locales pueden sufrir menos perturbaciones y un entorno más seguro para los trabajadores. El Hospital Huoshenshan se construyó en tan solo 10 días. Usando métodos tradicionales, un edificio similar podría tardar muchos meses, si no años, en construirse.
El proceso de prefabricación puede ser tan sencillo como la fabricación de secciones de paredes o techos, hasta llegar a módulos completos equipados con sistemas de fontanería. Estos módulos pueden apilarse como si fueran bloques de Lego y así construir apartamentos y oficinas de varias plantas. Dos bloques de 44 plantas que se están construyendo en Croydon, Londres, se convertirán en los edificios modulares más altos del mundo.
En los casos más extremos, la tecnología de impresión 3D se está desarrollando para fabricar casas enteras. Una compañía rusa terminó recientemente el mayor edificio impreso en 3D hasta la fecha.
Pocos edificios pueden construirse tan rápidamente y a tal escala como los dos hospitales de China. Sin embargo, se prevé que en los próximos años se acelere el uso de los métodos de la construcción prefabricada y modular.
En el Reino Unido, se estima que los edificios prefabricados son esenciales para cumplir con los objetivos actuales de construcción de viviendas estatales y el año pasado el precursor de la construcción modular japonesa, Sekisui House, alcanzó un acuerdo con el gobierno para construir casas modulares en el Reino Unido.
Los edificios prefabricados son una forma más rápida y menos costosa de satisfacer la creciente demanda de nuevos edificios.
Fundamentalmente, gran parte del trabajo de construcción se desarrolla fuera de la obra, lo que significa que las comunidades locales pueden sufrir menos perturbaciones y un entorno más seguro para los trabajadores. El Hospital Huoshenshan se construyó en tan solo 10 días. Usando métodos tradicionales, un edificio similar podría tardar muchos meses, si no años, en construirse.
Los dos hospitales de Wuhan son un gran ejemplo de cómo los edificios prefabricados y modulares pueden aumentar la resiliencia. Hay ejemplos obvios de posibles formas en que se puede responder a las situaciones de emergencia, como los hospitales de campaña, los refugios temporales o la reconstrucción rápida tras un desastre natural, como las inundaciones o los fuertes temporales. Los edificios modulares también podrían aumentar la flexibilidad del sector de la construcción y, por lo tanto, su resiliencia y capacidad para responder a las necesidades de la sociedad.
Los dos hospitales de Wuhan son un gran ejemplo de cómo los edificios prefabricados y modulares pueden aumentar la resiliencia. Hay ejemplos obvios de posibles formas en que se puede responder a las situaciones de emergencia, como los hospitales de campaña, los refugios temporales o la reconstrucción rápida tras un desastre natural, como las inundaciones o los fuertes temporales. Los edificios modulares también podrían aumentar la flexibilidad del sector de la construcción y, por lo tanto, su resiliencia y capacidad para responder a las necesidades de la sociedad.
Resulta significativo que tiene el potencial de reducir el riesgo del proceso de construcción in situ, transfiriendo las operaciones a un entorno de fabricación más seguro y controlado. Las obras de construcción pueden ser lugares de trabajo peligrosos, pero con la prefabricación se puede reducir enormemente el tiempo de trabajo en la obra, así como el número de trabajadores.
Sin embargo, gran parte del riesgo se trasladará a los fabricantes, mientras que la prefabricación podría aumentar el riesgo de interrupción de la cadena de suministro. Un incendio o una inundación en una fábrica, o daños en los módulos durante el transporte, podrían provocar grandes retrasos en la obra. Los edificios modulares también suelen requerir un trabajo más pesado. Al haber más grúas, hay una mayor exposición al viento, lo que podría significar un mayor número de días perdidos en la obra por el mal tiempo.
Los incendios son otro motivo de preocupación. Los problemas de diseño, instalación y pruebas que se observan en algunos tipos de revestimiento exterior son una señal de alerta de los posibles riesgos de la construcción moderna. Cuando los módulos se terminan o se ensamblan en la obra, existe el riesgo de que la protección contra incendios se vea comprometida, mientras que la posibilidad de que se formen espacios vacíos en el interior de las paredes prefabricadas podría permitir que el incendio se propagara.
Resulta significativo que tiene el potencial de reducir el riesgo del proceso de construcción in situ, transfiriendo las operaciones a un entorno de fabricación más seguro y controlado. Las obras de construcción pueden ser lugares de trabajo peligrosos, pero con la prefabricación se puede reducir enormemente el tiempo de trabajo en la obra, así como el número de trabajadores.
Sin embargo, gran parte del riesgo se trasladará a los fabricantes, mientras que la prefabricación podría aumentar el riesgo de interrupción de la cadena de suministro. Un incendio o una inundación en una fábrica, o daños en los módulos durante el transporte, podrían provocar grandes retrasos en la obra. Los edificios modulares también suelen requerir un trabajo más pesado. Al haber más grúas, hay una mayor exposición al viento, lo que podría significar un mayor número de días perdidos en la obra por el mal tiempo.
Los incendios son otro motivo de preocupación. Los problemas de diseño, instalación y pruebas que se observan en algunos tipos de revestimiento exterior son una señal de alerta de los posibles riesgos de la construcción moderna. Cuando los módulos se terminan o se ensamblan en la obra, existe el riesgo de que la protección contra incendios se vea comprometida, mientras que la posibilidad de que se formen espacios vacíos en el interior de las paredes prefabricadas podría permitir que el incendio se propagara.
El auge de la construcción no tradicional en la posguerra y las casas prefabricadas subvencionadas por el gobierno de los años sesenta y setenta, por ejemplo, acusaron fallos y defectos ampliamente documentados.
Los defectos de diseño de los edificios prefabricados probablemente planteen un problema generalizado que podría afectar a muchos más edificios que las construcciones tradicionales hechas a medida.
La experiencia reciente también ha evidenciado problemas de durabilidad con los nuevos sistemas modulares. Los edificios inicialmente funcionan bien, pero más tarde sufren problemas con las conexiones entre los módulos y la resistencia a la intemperie. Por ejemplo, el complejo de edificios prefabricados de Oxley Woods, en Milton Keynes, fue premiado por su innovación, pero más tarde experimentó una serie de problemas relacionados con filtraciones de agua y humedades.
Las compañías aseguradoras deberán verificar que los sistemas se han comprobado adecuadamente en condiciones reales, tales como pruebas ambientales, modelos informáticos y pruebas a gran escala, incluyendo incendios. Los suscriptores deberán tener la seguridad de que los sistemas cumplen con el objeto y los requisitos establecidos en las normas de construcción, y no simplemente con aspectos particulares de los documentos aprobados. En particular, las compañías aseguradoras deberán considerar cómo se podrá acceder para remediar los defectos y si los espacios vacíos introducidos en los módulos, o las actividades in situ y de bricolaje, podrían afectar negativamente al comportamiento en caso de incendio.
Probablemente, los controles de calidad constituyan un factor importante para el éxito de las nuevas construcciones modulares. Mediante procesos de control rigurosos en el entorno de producción se podrían elevar los niveles de calidad, pero la supervisión y verificación rigurosas de los materiales, la mano de obra y las pruebas en la cadena de suministro serán fundamentales. También podría ser esencial contar con una gestión experimentada, especialmente cuando los oficios cualificados en la obra son reemplazados por trabajadores de fábrica semicualificados o no cualificados. La elaboración de especificaciones detalladas del proceso para la instalación de elementos modulares en la obra, así como la formación y la supervisión de los empleados que realicen esas actividades, serán fundamentales.
El auge de la construcción no tradicional en la posguerra y las casas prefabricadas subvencionadas por el gobierno de los años sesenta y setenta, por ejemplo, acusaron fallos y defectos ampliamente documentados.
Los defectos de diseño de los edificios prefabricados probablemente planteen un problema generalizado que podría afectar a muchos más edificios que las construcciones tradicionales hechas a medida.
La experiencia reciente también ha evidenciado problemas de durabilidad con los nuevos sistemas modulares. Los edificios inicialmente funcionan bien, pero más tarde sufren problemas con las conexiones entre los módulos y la resistencia a la intemperie. Por ejemplo, el complejo de edificios prefabricados de Oxley Woods, en Milton Keynes, fue premiado por su innovación, pero más tarde experimentó una serie de problemas relacionados con filtraciones de agua y humedades.
Las compañías aseguradoras deberán verificar que los sistemas se han comprobado adecuadamente en condiciones reales, tales como pruebas ambientales, modelos informáticos y pruebas a gran escala, incluyendo incendios. Los suscriptores deberán tener la seguridad de que los sistemas cumplen con el objeto y los requisitos establecidos en las normas de construcción, y no simplemente con aspectos particulares de los documentos aprobados. En particular, las compañías aseguradoras deberán considerar cómo se podrá acceder para remediar los defectos y si los espacios vacíos introducidos en los módulos, o las actividades in situ y de bricolaje, podrían afectar negativamente al comportamiento en caso de incendio.
Probablemente, los controles de calidad constituyan un factor importante para el éxito de las nuevas construcciones modulares. Mediante procesos de control rigurosos en el entorno de producción se podrían elevar los niveles de calidad, pero la supervisión y verificación rigurosas de los materiales, la mano de obra y las pruebas en la cadena de suministro serán fundamentales. También podría ser esencial contar con una gestión experimentada, especialmente cuando los oficios cualificados en la obra son reemplazados por trabajadores de fábrica semicualificados o no cualificados. La elaboración de especificaciones detalladas del proceso para la instalación de elementos modulares en la obra, así como la formación y la supervisión de los empleados que realicen esas actividades, serán fundamentales.
“Leía recientemente una tribuna de Santiago Ortega, conocido experto en el sector de la Construcción, en la que se centraba precisamente en la agravación de los distintos riesgos intrínsecos a la construcción que ha surgido, a raíz de las consecuencias de la actual Pandemia del COVID-19.
Pues bien, curiosamente varios de los riesgos a los que se hacía referencia quedan amortiguados con este tipo de construcción de edificios prefabricados y especialmente si los comparamos con los de la construcción convencional.
Queda claro que a diferencia de otros sectores industriales donde prevalece la producción en serie, el
Sector de la Construcción por el contrario es muy diferente por ser cada obra distinta. Esto implica una enorme complejidad a la hora de prevenir contagios y de planificar las distancias mínimas de seguridad, zonas de higiene y limpieza de la plantilla, servicios de descontaminación, etc.
Pues bien, este tipo de construcción lo que hace precisamente es homogeneizar las obras y estandarizar los procesos por lo que la capacidad para planificar estos riesgos con mucha antelación y con más eficiencia se incrementa notablemente.
Ni que decir tiene la incidencia positiva que actúa directamente sobre la cobertura de RC Patronal.
Se tiene la oportunidad de aminorar la exposición de este riesgo en el momento del diseño y la planificación en el propio estudio, y para cada una de las distintas fases a desarrollar posteriormente a pie de obra. Esto se hace mucho más evidente en el caso de la implantación de la tecnología de impresión 3D.
Además existen otros riesgos en los que disminuye claramente su exposición en comparación con el método constructivo tradicional como es el caso de la paralización de la obras. En caso de darse esta circunstancia no habrá más que seguir fielmente las “recomendaciones del fabricante”. Estas recomendaciones tendrán que estar previamente definidas y
previstas para cada una de las distintas fases en las que la paralización de la obra pueda tener lugar. Por último la desinfección de los materiales y embalajes con esta tipología constructiva están más fácilmente garantizados.
Como suele ocurrir con las nuevas tecnologías, éstas implican nuevos riesgos pero por contra la desaparición o la disminución de otros.
No sé por qué, tengo la sensación de que en estos casos siempre se produce un equilibrio natural en la exposición global de los proyectos, y que suele ser ajeno a nuestra capacidad de decisión.”
“Leía recientemente una tribuna de Santiago Ortega, conocido experto en el sector de la Construcción, en la que se centraba precisamente en la agravación de los distintos riesgos intrínsecos a la construcción que ha surgido, a raíz de las consecuencias de la actual Pandemia del COVID-19.
Pues bien, curiosamente varios de los riesgos a los que se hacía referencia quedan amortiguados con este tipo de construcción de edificios prefabricados y especialmente si los comparamos con los de la construcción convencional.
Queda claro que a diferencia de otros sectores industriales donde prevalece la producción en serie, el
Sector de la Construcción por el contrario es muy diferente por ser cada obra distinta. Esto implica una enorme complejidad a la hora de prevenir contagios y de planificar las distancias mínimas de seguridad, zonas de higiene y limpieza de la plantilla, servicios de descontaminación, etc.
Pues bien, este tipo de construcción lo que hace precisamente es homogeneizar las obras y estandarizar los procesos por lo que la capacidad para planificar estos riesgos con mucha antelación y con más eficiencia se incrementa notablemente.
Ni que decir tiene la incidencia positiva que actúa directamente sobre la cobertura de RC Patronal.
Se tiene la oportunidad de aminorar la exposición de este riesgo en el momento del diseño y la planificación en el propio estudio, y para cada una de las distintas fases a desarrollar posteriormente a pie de obra. Esto se hace mucho más evidente en el caso de la implantación de la tecnología de impresión 3D.
Además existen otros riesgos en los que disminuye claramente su exposición en comparación con el método constructivo tradicional como es el caso de la paralización de la obras. En caso de darse esta circunstancia no habrá más que seguir fielmente las “recomendaciones del fabricante”. Estas recomendaciones tendrán que estar previamente definidas y previstas para cada una de las distintas fases en las que la paralización de la obra pueda tener lugar. Por último la desinfección de los materiales y embalajes con esta tipología constructiva están más fácilmente garantizados.
Como suele ocurrir con las nuevas tecnologías, éstas implican nuevos riesgos pero por contra la desaparición o la disminución de otros.
No sé por qué, tengo la sensación de que en estos casos siempre se produce un equilibrio natural en la exposición global de los proyectos, y que suele ser ajeno a nuestra capacidad de decisión.”
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