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El auge de las centrales termosolares y los retos del seguro en un sector clave para la descarbonización

De Ana Martínez – Vara del Rey
Energy Underwriter

El interés por las energías renovables y la necesidad de descarbonizar la economía han impulsado un notable resurgimiento de las centrales termosolares.

En las últimas décadas, el interés por las energías renovables y la necesidad de descarbonizar la economía han impulsado un notable resurgimiento de las centrales termosolares, estando Estados Unidos y España entre los líderes del mercado con los mayores índices de capacidad instalada.

Hoy en día, estas centrales no solo generan electricidad aprovechando la energía del sol, sino que pueden almacenar energía térmica, lo que permite seguir produciendo electricidad incluso cuando el sol no brilla.

A la hora de suscribir un seguro de daños materiales en una termosolar resulta fundamental evaluar aspectos técnicos clave, como el tipo de tecnología utilizada, el año de construcción, los fabricantes de equipos principales y la existencia de contratos de mantenimiento con los tecnólogos. Además, es recomendable valorar quién construyó la planta al igual que la experiencia de la empresa que la va a operar.

La localización de las plantas está adquiriendo cada vez mayor relevancia, no solo desde el punto de vista logístico o por la exposición a fenómenos catastróficos, sino también por la disponibilidad de mano de obra especializada en el país donde se encuentre la instalación.

Este tipo de centrales representa un verdadero desafío para las aseguradoras, debido a que los riesgos a los que se ven sometidas son muchos y muy variados:

  •   Desgaste y rotura de los álabes de las turbinas de vapor, una falla generalmente irreparable que requiere la sustitución completa del rotor. En ausencia de un rotor de repuesto, la pérdida de beneficio puede extenderse hasta 18 meses.
  • Fallos en otros equipos críticos por defectos en las soldaduras o mala calidad de los materiales, e incluso errores de diseño.
  • Averías en el transformador principal, cuyo reemplazo puede conllevar entre 12 y 24 meses.
  •  Fugas de fluido térmico (HTF), que además de provocar sanciones medioambientales, pueden derivar en incendios que dañen los espejos del campo solar.
  • Daños causados por fenómenos de la naturaleza como huracanes, granizo o terremotos. Con el cambio climático como factor, las pólizas actuales tienden a incluir sublímites para este tipo de eventos.

Además, es relevante incorporar ciertas cláusulas en póliza tales como siniestros en serie, error de diseño sublimitada, exclusión de prototipos y, si es posible, cláusula de volatilidad de pérdida de beneficio para centrales sin contrato de compraventa de energía (PPA).

En conclusión, el seguro de daños materiales es esencial para garantizar la viabilidad y sostenibilidad de estas instalaciones. Dada la magnitud de las inversiones y riesgos involucrados, contar con una póliza adecuada no solo protege los activos físicos, sino que asegura la continuidad operativa y rentabilidad a largo plazo.