Nos esforzamos por crear un entorno seguro, respetuoso e integrador en el que las personas se sientan seguras para comunicar irregularidades, comprometiéndonos a protegerlas frente a cualquier tipo de represalia.
Animamos a que se comuniquen las irregularidades tanto presuntas como reales si el informante cree, de manera justificada, que se han producido, se están produciendo o pueden llegar a producirse. Por ejemplo, incumplimientos de la ley, conductas deshonestas o corruptas, fraude y uso indebido de la información.
La Política de comunicación de irregularidades del Grupo (Group Whistleblowing Policy, en adelante la Política) esboza los principios en base a los cuales gestionamos las comunicaciones, explica los diversos canales que existen para informar, así como las medidas de protección del informante. Cuando es necesario, los apéndices a la Política proporcionan información específica sobre los diferentes territorios en los que ésta aplica, incluyendo cuando sea de aplicación criterios o requerimientos para cualificar los hechos comunicados.
Uno de los canales para informar es la Ethics Hotline o canal ético de comunicación de irregularidades. Este servicio permite la comunicación confidencial entre el informante y la persona de QBE que gestiona la comunicación durante todo el proceso, incluso cuando ésta se ha presentado de forma anónima.
Los informantes relacionados con cualquier entidad australiana de QBE, como empleados, directivos y proveedores deben consultar el Apéndice B de la Política, 'Leyes de protección de informantes - entidades australianas', para obtener información sobre los criterios y protecciones de las leyes australianas de protección de informantes.
El concepto de lo que constituye la comunicación de irregularidades se ha definido de forma diferente en Europa, por lo que los informantes ubicados en Europa deben consultar el Apéndice de Comunicaciones (EO Whistleblowing) para obtener orientación específica de cada país.